Lo que nos espera son malas noticias: de por sí la violencia en Puebla capital se ha recrudecido, así como en la zona metropolitana y el Triángulo Rojo, pero la intervención del CJNG hace prever una escalada en la que habrá cada vez más víctimas colaterales, poblanos que no tienen nada que ver con el huachicol.
Ninguna
autoridad quiere admitirlo, ni va hacerlo para no lastimar la
marca Puebla, así como frenar los flujos turísticos y de inversiones,
pero el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) opera en el estado desplegando
todo su poder para adueñarse del huachicol y
arrebatarle territorios a los grupos regionales.
Su primera
ofensiva contra los cabecillas locales para sacarlos del negocio dejó
20 muertos: cinco de la banda de ‘El Kino’, cuatro en la clínica de Lomas
de Loreto, tres por daño colateral en Chachapa-Amozoc, cinco en
Huixcolotla-Palmar y otros tres en el fin de semana, entre los que se ubicó
a ‘El Irving’ o ‘El Conejo’ primo de ‘El Kalimba’ que lo entregó al
CJNG, pero que no sobrevivió a su traición.
Luego de
varios días de silencio, la Fiscalía General del Estado dio a conocer una
hipótesis conveniente pero hilarante: que fue ‘El Irving’, primo de
‘El Kalimba’ y pistolero de mediano nivel, quien organizó la matanza
contra ‘El Kino’, después fue a matar a su primo, en el camino asesinó a
tres civiles para robarles sus autos, y luego siguió la carnicería en
el Triángulo Rojo.
En el
párrafo final de su boletín tranquilizador, la FGE le echa toda la
culpa a ‘El Irving’: “Ambos acontecimientos se registraron el lunes 30 de
octubre de este año, y de acuerdo al avance de las indagatorias, a uno
de los probables responsables se le identifica como ‘El Irving’ quien
a nivel de mando forma parte del mismo grupo de los occisos, lo que refuerza
que el móvil sería el ajuste de cuentas al interior. La Fiscalía
General del Estado continúa con el desarrollo de las indagatorias”.
En ese
mismo boletín, la Fiscalía omite cualquier dato relativo a los homicidios de
los tres ciudadanos o civiles que nada tenían que ver con los ajustes
de cuentas, un nivel de violencia que representa un cambio
cualitativo de la que ejercían los grupos locales del huachicol. Ese
nivel de violencia, generar daños colaterales en ciudadanos que ni la
debían ni la temían, es propio de grupos como el CJNG.
Poco
sabemos de esos tres muertos. La reportera Luisa Tirzo logró
documentar para CAMBIO el caso de Miguel Jiménez Morales, dedicado
a la reventa de autos, quien murió al ser acribillado en la
calle Esmeralda en la colonia San Jacinto, en el municipio de Amozoc el pasado
martes. Dejó huérfanos a dos pequeños y a su esposa embarazada tras
ser acribillado por los asesinos de ‘El Kalimba’ cuando se daban a la fuga.
También
conocido como el ‘El Pipirín’, viajaba junto con otro hombre en una camioneta
Pick up con placas de Tlaxcala cuando fueron atacados. Fue trasladado
con vida al Centro de Salud de Servicios Ampliados de Amozoc (Cessa) en dónde
murió a consecuencia de las heridas en la cabeza por
arma de fuego de acuerdo con la carpeta de investigación
2692/2017/Tepeaca.
La violencia
contra civiles y ciudadanos desarmados, es una característica del CJNG de
acuerdo con el especialista de la consultora Lantia, Eduardo Guerrero, quien
explicó la semana pasada en su columna de El Financiero el incremento
de los homicidios dolosos en Veracruz, donde ese Cártel lanzó una ofensiva
para controlar el huachicol. Su siguiente jugada es Puebla.
“La
siguiente entidad con mayores niveles de ejecuciones durante el tercer
trimestre fue Veracruz. Al igual que en Guanajuato, el robo de
combustible es un negocio en auge; al igual que en Guanajuato, el CJNG
destaca como uno de los principales generadores de violencia (en este
caso, en conflicto con distintas células que se desprendieron de Los
Zetas y del Cártel del Golfo)… Ante este escenario, los criminales se
han sentido con libertad plena para cometer los crímenes más
atroces. Las masacres, incluyendo a familias enteras con niños, se
han hecho frecuentes (sólo en Coatzacoalcos una familia fue masacrada en junio
y otra más a fines de septiembre)”. Consulta aquí la
reveladora columna del especialista en el análisis del
comportamiento violento de los cárteles.
Lo que
nos espera son malas noticias: de por sí la violencia en Puebla
capital se ha recrudecido, así como en la zona metropolitana y el Triángulo
Rojo, pero la intervención del CJNG hace prever una escalada en
la que habrá cada vez más víctimas colaterales, poblanos que no
tienen nada que ver con el huachicol.
La semana
pasada ya tuvimos la primera probada de una purga de grandes
dimensiones cuyo impacto dependerá de cómo reaccionen los capos
regionales: se pliegan al CJNG o tendremos más muertos.
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